Rebecca

Cuando Rebecca y yo nos tuvimos nuestro primer encuentro online, quedamos completamente inmersos en una maravillosa conversación. Incluso me dijo que llevaba varios años visitando la página web de Aphrodite. "¿Varios años?", le pregunté. "¿A qué estabas esperando?". Y así, un par de semanas más tarde, justo antes de Navidad, nos encontramos en el vestíbulo de un hotel de lujo. Llevaba un vestido clásico con una cremallera en la parte delantera que hizo volar mi imaginación. Compartimos un generoso trozo de la tarta estrella del restaurante del hotel. Fue casi como la escena de los espaguetis de La dama y el vagabundo... pero sin el beso. Me sentí como si nos conociésemos desde hace años.

El tiempo pasó volando mientras hablábamos de todo un poco. La vida, los viajes, su carrera profesional y muchas cosas más. Solo puedo concluir que es una persona muy cariñosa con mucha experiencia en la vida. Además, es una auténtica trotamundos. De hecho, en los dos meses que pasamos conociéndonos, hizo cinco viajes: Marrakech, Miami, Londres, Milán y Basilea. "Vaya, viajas mucho", le dije. "Sí, es mi afición y mi pasión. Aprovecho cualquier oportunidad para coger un avión o un billete de autobús y, simplemente, ¡desaparecer!".

No me cabe duda de que Rebecca tiene ese Factor Aphrodite. Hace gala de una sabiduría difícil de explicar. Es como si pudiese sentir lo mismo que tú, dándote el espacio para que te sientas completamente cómodo para hablar con ella de cualquier cosa. En resumen, una joven encantadora, empática, elegante, guapísima y jovial a la vez que diversa.